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< Volver Abr 12, 20233 min de lectura

Ciberseguridad reactiva o ciberseguridad proactiva: ¿cuál necesita mi empresa?

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Por Marketing

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A medida que la tecnología avanza y aparecen nuevas innovaciones en materia de conectividad, también aumentan la frecuencia y la complejidad de los ataques cibernéticos. Ante a este escenario, algunas organizaciones emplean estrategias de ciberseguridad reactivas para hacer frente a los incidentes.

Sin embargo, además de reaccionar cuando son atacadas, es imprescindible que las empresas desplieguen acciones de ciberseguridad proactivas para reducir su vulnerabilidad y la probabilidad de ser blancos de hackers.

Ciberseguridad reactiva y ciberseguridad proactiva: ¿en qué se diferencian?

La seguridad reactiva hace referencia a las estrategias que apuntan a fortalecer las defensas organizacionales contra los métodos de ataque y los riesgos cibernéticos más habituales, con el objetivo de contrarrestar los incidentes y evitar a los hackers que ponen en jaque la integridad de los datos y el buen funcionamiento de la estructura IT.

Las acciones y herramientas más comunes dentro de una estrategia de ciberseguridad reactiva son los siguientes:

  • Software antivirus
  • Firewalls
  • Contraseñas
  • Filtros de SPAM
  • Bloqueadores de ADS
  • Planes de recuperación ante desastres
  • Evaluación de vulnerabilidades
  • Detección y respuesta de endpoints (EDR)

Contar con una planificación reactiva permite evitar que delincuentes cibernéticos causen daños serios y prevenir el malware.

La ciberseguridad proactiva, por su parte, implica acciones apuntadas a prevenir que ocurran los incidentes, intentando localizar y corregir las vulnerabilidades en la infraestructura tecnológica antes de que los hackers puedan aprovecharse de ellas.

Los métodos de seguridad cibernética proactiva más comunes son los siguientes:

  • Hackeo ético
  • Pentesting
  • Prevención de pérdida de datos (DLP)
  • Capacitación del personal sobre ciberseguridad
  • Gestión de la superficie de ataque
  • Ampliación de la supervisión de la red
  • Auditorías de seguridad

En vez de centrarse en contrarrestar los efectos de los ataques una vez que ya han ocurrido, contar con un enfoque de seguridad proactivo ayuda a las empresas a evitar violaciones de datos e incidentes de seguridad antes de que sucedan.

Entonces, ¿cuál de las dos es más relevante?

De acuerdo a una pesquisa reciente, el 95% de las violaciones de la ciberseguridad se deben a errores humanos, lo que significa que, en la mayoría de los casos, podrían haberse evitado.

En paralelo, una encuesta realizada por Check Point Research sobre tendencias de ciberataques revela que, durante 2022, se registró un aumento del 38% en los ataques a nivel global, en comparación con el año anterior.

¿Qué muestran estas estadísticas? Que la mejor decisión que pueden tomar las organizaciones es adoptar un enfoque que contemple tanto la ciberseguridad reactiva como la proactiva. Ninguna es mejor que la otra, sino que se trata de estrategias complementarias que ayudan a evitar ataques y a responder de manera adecuada en caso de que las barreras de protección sean vulneradas y se produzca un incidente.

La importancia de un plan de continuidad de negocio

Tal como las pesquisas que mencionamos demuestran, la seguridad total, permanente y absoluta no existe. Por más que las organizaciones inviertan en estrategias de ciberseguridad proactiva, en el momento en el que ocurre un incidente necesitarán una plan de continuidad que les indique cómo deben proceder para minimizar el impacto del ataque y retomar la operatoria.

Esta herramienta expone los procedimientos, protocolos y acciones a realizar ante interrupciones no planificadas del servicio, estableciendo sistemas de prevención y recuperación ante fallas de software, caída de energía eléctrica, desastres climatológicos y, por supuesto, ciberataques.

Un plan de continuidad de negocio incluye contingencias para todos los procesos, activos, socios comerciales y recursos humanos que puedan verse afectados. Asimismo, contempla soluciones manuales para sostener la operatoria mientras los sistemas IT se restablecen por completo.

Ahora bien, aunque cada vez son más las organizaciones que diseñan un plan de continuidad de negocio, muchas de ellas cuentan con planificaciones on-premise que suelen ser costosas y de difícil implementación.

La clave para crear una estrategia de ciberseguridad reactiva eficiente es tener un plan de continuidad de negocio que se ejecute como servicio (BCPaaS).

Esta alternativa ofrece mayores ventajas que la versión que se construye en las instalaciones:

  • Mayor velocidad y fiabilidad
  • Menores costos
  • Menor carga de trabajo para recursos IT
  • Redundancia y escalabilidad libre de fisuras

Ärton, la solución de Continuidad de Negocio como Servicio de Maitén, ayuda a las compañías a garantizar la disponibilidad de sus procesos críticos, anticipándose a desviaciones derivadas de una posible disrupción y evitando así situaciones de riesgo pongan en jaque su línea productiva.

¿Querés conocer más sobre cómo nuestra plataforma contribuye a eficientizar la estrategia de ciberseguridad reactiva en tu organización? Contactanos

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